jueves, 12 de enero de 2012

CRÓNICA N.6

                                         LONDON BAR

Corrían los finales de los años 40 del siglo pasado, cuando un emprendedor, Raúl Losada Ramírez, mi tío Raúl,  abrió frente a la plaza Bolívar de Rubio: el London Barel  London como popularmente se le conocía. Años más tarde tomó las riendas del establecimiento mi amado padre Román Delgado  y fue de esta manera como gran parte de nuestra vida familiar estuvo ligada al negocio del entretenimiento y la buena mesa.                       
Era  el London  un local con mezcla de estilos, pisos enmosaicados, altos techos con cielo raso, canceles con vidrios coloreados, un gran estante de madera tallada y las vidrieras  o vitrinas donde nunca faltaron las exquisiteces y confituras salidas de los hornos de  Ana Julia y Delia Losada Ramírez.
Caracterizaba al local una suerte de heterogénea mixtura entre restaurante, licorería y heladería; quien vivió en Rubio en aquella época recordará los helados elaborados con toda  clase de frutas en deliciosas cremas que salían de los fogones de mi adorada madre, Elisa, y que  diligentes artesanos como Cruz Delia Chiquillo y Víctor Prato, preparaban  en las máquinas recién importadas por papá.
Era el epicentro de reunión de jóvenes y adultos, en las largas tardes de Agosto hermosas chicas que recién habían abandonado sus medias tobilleras, acudían en busca de un  refresco, un helado o un  Cinzano  para matizar las vacaciones.
La experta contadora Lolita Chiquillo me cuenta que muchas veces acompañada por gentiles caballeros se deleitabaescuchando:La Leyenda del Beso, Las Bodas de Luis Alonso  o La Barca en la colorida rockola, último modelo, ubicada en la mitad de la segunda sala.
Son muchas las vivencias en aquel lugar de mi niñez y como dice Jean Paul  Sartre :El recuerdo es el úunico  paríso del cual nunca podemos ser expulsados. Acá sólo referiré algunas anécdotas que permanecen vivas en mi memoria.
La primera vez que legó a  rubio la leche pasteurizada  Indosa   en envases  ultramodernos, en una tarde plomiza, jóvenes  Rubienses, acudieron con sus padres a adquirir la novedad láctea.
Mi vieja memoria recuerda, entre sueños, a una dama de la localidad que había sufrido un desengaño amoroso y lloraba sus desventuras escuchando los boleros grabados por  Carmen  Delia Dipiní,, rociados con heladas cervezas,
Ah,  el London, me dicen: todavía existe,  se niega a irse, ha pasado por diversas gerencias. Ahí está, me gustaría volver a él para sentir la presencia de mis padres que me enseñaron que la disciplina, la constancia y el buen trato son ingredientes indispensables para hacer una vida de bien.

5 comentarios:

  1. Mis abuelos contaban que esa época fue unas de las mejores, esas historias me parecen fantásticas y hacen que una siendo adolescente quiera vivir en ese pasado alegre.....

    Excelente nota

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  2. DANIELA, TU COMENTARIO ME ALIENTA A CONTINUAR PUBLICANDO MIS RECUERDOS. UN RESPETUOSO SALUDO A TU FAMILIA. CON AFECTO RUBIENSE. JOSÉ FRANCISCO DELGADO ARAUZ.

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  3. Joseíto.. En nuestras cuentas Twitter y Facebook,, publicamos la crónica del London Bar,, ya lo haremos con otras,, visita nuestra BLOG http://agroturistica.blogspot.com y el canal http://youtube.com/sucrenses08 Suerte..!

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  4. REALMENTE ESTOY MUY AGRADECIDO POR LA DEFERENCIA, ME AGRADARÍA, POR FAVOR, ME ENVIARAS LOS ENLACES CORRESPONDIENTES A TWITER Y FACEBOOK. NUEVAMENTE GRACIAS A MI COTERRÁNEOS POR SU GENEROSIDAD. UN ABRAZO PARA TODOS.

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    1. Que belleza de ilustraciones a historia concebida por Cheo, gracia, humor y alegría a sus reflexiones. Hoy 16 de Dic del 2020 a cuatro días de mi cumpleaños leyendo todas estas historias de Cheo en el Rubio de 60 me hace el día y mi regalo de cumpleaños. Con esto es suficiente que no necesito más regalos. Estoy emocionado y lastima que Cheo no pueda compartirlo, todo a un año de su muerte. Cuanto lo ciento.

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